En su primer encuentro con los medios desde el ataque en Bagdad de este viernes por la madrugada, Donald Trump aseguró que el homicidio del general iraní Qassem Soleimani tuvo el objetivo de detener una guerra.

"Anoche tomamos acción para detener una guerra. No tomamos acción para iniciar una guerra", aseguró el presidente desde su hotel en Florida. Trump dijo que el ataque debió ocurrir mucho tiempo atrás y celebró el final del "reino del terror" en Irán.

Trump se jactó de haber matado al "peor terrorista del mundo" y dijo que su país tiene "las mejores fuerzas armadas y la mejor inteligencia" del planeta.

Horas antes, el secretario de Estado, Mike Pompeo, declaró que la administración no busca un conflicto armado con Irán -a pesar del ataque de anoche- pero que responderían de manera apropiada si seguían las provocaciones por parte de aquella nación.

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"El presidente ha sido muy claro", dijo el canciller. "No buscamos guerra con Irán. Pero al mismo tiempo no vamos a quedarnos parados a ver cómo los iraníes escalan y continúan poniendo en riesgo vidas estadounidenses sin responder de una manera de irrumpa, defienda, prevenga y cree la oportunidad de aliviar la situación".

Antes que aliviar la situación, los iraníes respondieron a la muerte de su líder militar más importante con la promesa de "venganza severa" contra EU, según declaró el Ayatollah Ali Khamenei. El máximo líder religioso iraní declaró tres días de duelo nacional. "La venganza vendrá por los criminales que mancharon sus sucias manos con su sangre y la de otros mártires en el incidente de anoche", dijo.

El Ayatolla Khamenei consuela este viernes al hijo de Soleimani.

EFE

"Su sangre fue derramada por los hombres más bárbaros", dijo en inglés el Ayatollah.

En tanto, el Pentágono aseguró que Soleimani y su fuerza élite estaba "desarrollando de manera activa planes para atacar a diplomáticos estadounidenses y efectivo en Irak y a lo largo de toda la región".